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26 enero 2024

Cambio Climático SÍ - Escasez de agua NO

Cambio Climático SÍ - Escasez de agua NO

Por: Mariella Sánchez Guerra – Directora Ejecutiva de Aquafondo

 

¿Es real? ¿Es posible decir que Lima no tiene riesgo hídrico? Hablando de agua, a menudo nos encontramos en espacios y con autoridades, manifestando que no es real que exista riesgo hídrico en nuestra capital, que contamos con reservas y que el país está entre los primeros 10 países con más agua en el mundo.

Cambio Climático S

 

Es muy importante recordar que el potencial de agua del Perú no se encuentra en la costa y en toda la costa incluyendo nuestra capital debe ser motivo de pre-ocupación, porque esta región concentra la mayor cantidad de población nacional, genera la mayor parte del PBI así como la mayor cantidad de empleos y por tanto, concentra también el mayor consumo de agua a nivel país.

Lima, cuenta con 3 cuencas, Chillón, Rímac y Lurín, cuya agua no es suficiente y nos valemos de una cuarta fuente, la cuenca del Mantaro a través de un trasvase que nos permite a todos los que vivimos en Lima contar con más agua disponible, y aun así, se mantiene una brecha insatisfecha. Lo real es que no todos los distritos de la capital cuentan con agua las 24 horas del día, aun contando con instalaciones de agua y, por otro lado, más de 600 mil habitantes no tienen redes de agua y, por tanto, adquieren agua de cisternas pagando un sobreprecio por agua de dudosa calidad.

Por el contrario, se habla mucho de acciones ante el cambio climático, se buscan (y consiguen fondos) para hacer frente al cambio climático, para adaptarnos al cambio climático, para mitigar los efectos del cambio climático y de soslayo miramos el agua (o hablamos de agua con timidez).

He llegado a la conclusión, desde lo que nos toca hacer en el día a día, de que puede ser porque el cambio climático, que es real y tangible, muchas veces se percibe como abstracto y a largo plazo, sintiéndose como menos urgente en comparación con problemas más inmediatos; las discusiones sobre él surgen con naturalidad y tranquilidad, y pareciera que nos estamos preparando con calma dado que sus efectos pueden manifestarse aun a largo plazo; además, la complejidad científica detrás del cambio climático puede hacer que algunas personas se sientan desconectadas, como si fuera algo que solo “sucede en otros continentes”.

Por otro lado, la escasez de agua se percibe como un problema más tangible y urgente. La falta de agua potable afecta directamente a las ciudades y comunidades y puede tener consecuencias inmediatas para la vida diaria de las personas y dado que esto podría generar un sentido de urgencia y alarma que necesita discusiones más apremiantes, se evita o se intenta minimizar.

Lo cierto es que, existe un vínculo directo entre uno y otro, recordemos que la tierra está rodeada de atmósfera, como capa de aire que nos protege del sol y nos ayuda a mantener una temperatura adecuada para que podamos vivir cómodamente por otro lado, tomemos en cuenta que muchas de nuestras acciones diarias, cargan esa capa de aire; el uso de diferentes combustibles que van desde el uso diario en autos y autobuses hasta uso de las maquinaria de fábricas y empresas; liberamos gases de efecto invernadero en la atmósfera, estos gases atrapan el calor del sol y hacen que la tierra se caliente más de lo que debería y la temperatura aumenta.

Este calentamiento es el que afecta directamente nuestra disponibilidad de agua ya que causa muchos problemas, como el derretimiento de los glaciares y los polos, el aumento del nivel del mar, cambios en los patrones y eventos climáticos como lluvias extremas en periodos cortos o sequías.

Tenemos menos nieve y hielo, (eran otros tiempos cuando podíamos subir al Pastoruri y jugar con la nieve). Las montañas cubiertas de nieve y glaciares que actúan como grandes reservorios de agua, van desapareciendo, con el cambio climático, la nieve y el hielo se derrite más rápido de lo normal, esto puede llevar a que haya menos agua disponible en los ríos y lagos que dependen de ese deshielo. ¿Por qué?

Imaginemos que la nieve y el hielo en las montañas son como un gran almacén de agua. Durante las estaciones más cálidas, gradualmente, esa nieve y hielo se derriten, liberando agua. Esta agua derretida fluye hacia los ríos y lagos, proporcionando una fuente importante de agua. Cuando el proceso de derretimiento ocurre muy rápidamente, pueden surgir algunos problemas:

  • Desbordamiento temporal: El agua derretida puede fluir rápidamente y abrumar los ríos y lagos, causando desbordamientos temporales. Esto puede resultar en inundaciones y provocar situaciones problemáticas para las comunidades cercanas a estas fuentes de agua.
  • Escasez estacional: Aunque puede haber una gran cantidad de agua durante el derretimiento rápido, una vez que la nieve y el hielo se derriten por completo, la disponibilidad de agua puede disminuir. Esto puede dar lugar a períodos de escasez estacional, donde hay menos agua disponible para las plantas, animales y personas.
  • Cambios en los patrones de flujo: El derretimiento rápido puede alterar los patrones naturales de flujo de agua. Esto significa que, en lugar de tener un flujo constante a lo largo del tiempo, puedes tener un gran pico de agua seguido de períodos más secos.

Es importante tener un equilibrio adecuado en el ciclo del agua para garantizar que haya suficiente agua disponible de manera constante. El cambio climático, con su aumento en las temperaturas, puede influir en estos patrones y afectar la disponibilidad de agua de diferentes maneras.

Por otro lado, tenemos periodos de sequías y lluvias extremas, el cambio climático también puede hacer que algunas áreas tengan menos lluvias, lo que llamamos sequías y cuando hay sequías, los ríos y lagos pueden secarse, y hay menos agua para las plantas, los animales y las personas y por otro lado, en algunas zonas, el cambio climático también puede provocar lluvias más intensas en cortos períodos, lo que lleva a inundaciones. Así que, aunque hay mucha agua en un momento, puede ser difícil de usar porque se acumula rápidamente y puede causar problemas.

Y solo por mencionar una consecuencia más, el aumento del nivel del mar, pues cuando la tierra se calienta y el hielo en los polos y los glaciares se derriten el nivel del mar sube y cuando el nivel del mar sube, puede afectar las áreas cercanas a la costa, donde vive mucha gente. Esto puede hacer que el agua salada del mar entre en áreas donde antes había agua dulce, contaminándola y haciéndola no apta para beber.

Entonces, el cambio climático afecta directamente el agua de diferentes formas, haciendo que en algunos lugares haya menos agua disponible y en otros, haya demasiada en momentos inoportunos. Es importante hablar del tema al mismo tiempo que tomamos acciones para cuidar nuestro planeta, usar el agua de manera inteligente para que todos podamos tener suficiente agua para beber y usar en nuestras vidas diarias es impostergable.

Seamos todos y todas Guardianes del Agua

#JuntosPorElAgua porque #CadaGotaCuenta