Las Amunas son infraestructuras ancestrales características del Perú, reconocidas por sus cualidades hidráulicas, convirtiéndola en una solución innovadora frente al estrés hídrico de Lima. Estas infraestructuras, herencia de las antiguas comunidades de la provincia de Huarochirí, capturan y almacenan agua de lluvia durante la temporada húmeda, para luego liberarlo en la temporada seca, beneficiando la agricultura y la ganadería local.
Este legado ancestral demuestra cómo las Soluciones basadas en la Naturaleza pueden enfrentar los desafíos actuales del cambio climático y la seguridad hídrica.
Nuestros estudios de monitoreo hidrológico reúnen evidencia que, en promedio, 1 km de amuna aporta entre 118 mil a 225 mil m³ de agua por año (a,b).
*Data extraída del estudio de monitoreo hidrológico realizado en la amuna Saywapata por en Centro de Investigación y Tecnología del Agua (CITA) de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC).
Las amunas captan el agua desde las quebradas durante la temporada de lluvias y la conducen a través de ellas hacia un terreno permeable, permitiendo que el agua se infiltre en el subsuelo recargando los acuíferos para luego aflorar aguas abajo en forma de ojos de agua , esto es lo que se conoce precisamente como siembra de agua. Estudios científicos demuestran que, el agua infiltrada por las amunas beneficia a las comunidades, ecosistemas y ciudad de Lima.
Permite la medición de parámetros hidrológicos, tales como la infiltración de agua en el subsuelo, el volumen de los caudales, entre otros. Los datos registrados aportan al incremento de información sobre el comportamiento de la amuna como infraestructura ancestral y su relación con el beneficio hídrico.
Además esta información contribuye a visibilizar que invertir en iniciativas de infraestructura ancestral genera mayores beneficios en comparación con los proyectos de infraestructura gris.
Sabías que:
Con dichos valores podemos calcular el potencial de infiltración de las amunas que tengan similares condiciones geográficas.
(a) Estudio de monitoreo hidrológico aplicado en varias amunas distribuidas en los distritos de San Pedro de Casta, Huachupampa y San Juan de Iris realizado por The Nature Conservancy.
(b) Estudio de monitoreo hidrológico aplicado en una amuna en el distrito de San Pedro de Casta, realizado por el CITA – UTEC.
Hasta la fecha, hemos recuperado amunas que contribuyen a la recarga de los acuíferos de Lima. El volumen de infiltración varía según su longitud, alcanzando entre 68 mil m³ a 1,9 millones de m³ al año. Por ejemplo, la amuna más corta tiene 300 metros de longitud; mientras que la más extensa supera los 8 mil metros.
Una vez iniciado el periodo de lluvias, las amunas que hemos recuperado junto a las comunidades campesinas aportan más de 13 millones de m³ de agua a las cuencas de los ríos Rímac y Chillón.
Hemos logrado recuperar más de 62 kilómetros de amunas distribuidas en la subcuenca de Santa Eulalia, principal aportante de agua para la cuenca del río Rímac. Gracias a la inversión de nuestros socios y aliados, y su compromiso con la gestión sostenible del agua. Así como al compromiso de las comunidades.
Una parte de las amunas recuperadas se basa en el inventario realizado por The Nature Conservancy en 2018 (c), integrado con las nuevas amunas que, desde 2022, hemos venido identificando in situ junto a nuestro Guardián del Agua y líderes comunitarios.
(c) Incluye los 69 kilómetros de amunas identificadas en 2018 por The Nature Conservancy, en su primer mapeo realizado en la subcuenca de Santa Eulalia
Una vez iniciado el periodo de lluvias, las amunas que hemos recuperado junto a las comunidades campesinas aportan más de 13 millones de m³ de agua a las cuencas de los ríos Rímac y Chillón.
Hemos logrado recuperar más de 62 kilómetros de amunas distribuidas en la subcuenca de Santa Eulalia, principal aportante de agua para la cuenca del río Rímac. Gracias a la inversión de nuestros socios y aliados, y su compromiso con la gestión sostenible del agua. Así como al compromiso de las comunidades.
Una parte de las amunas recuperadas se basa en el inventario realizado por The Nature Conservancy en 2018 (c), integrado con las nuevas amunas que, desde 2022, hemos venido identificando in situ junto a nuestro Guardián del Agua y líderes comunitarios.
(c) Incluye los 69 kilómetros de amunas identificadas en 2018 por The Nature Conservancy, en su primer mapeo realizado en la subcuenca de Santa Eulalia
Segunda capital del mundo sentada sobre un desierto Lima, hogar de 11.5 millones de habitantes (d) y generador de más del 40% del PBI nacional (e); enfrenta importantes desafíos hídricos al estar asentada sobre un desierto. Su abastecimiento de agua para consumo poblacional e industrial depende de las fuentes de agua que nacen en las cuencas Chillón, Rímac y Lurín. Sin embargo, proyecciones al 2030 anticipan una situación de déficit hídrico en estas cuencas (f). Estimamos que una reducción del 30%, generaría una pérdida de 35 mil empleos, que tomando en cuenta la composición familiar, afectaría 120 mil habitantes (g). (d) Estudio sobre la Situación de la Población Peruana 2024: Una mirada de la diversidad étnica, elaborado por el INEI. (e) Data del Producto Bruto Interno por Departamentos, elaborado por el INEI. (f) Perú: Acciones estratégicas para la seguridad hídrica, elaborado por Banco Mundial. (g) Crisis de Agua, una amenaza silenciosa para el desarrollo económico, elaborado por Aquafondo.
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Esta crisis significaría una caída de la disponibilidad de agua potable en un 30%.
Se perderán 35.000 empleos debido a la contracción de la producción por la crisis hídrica. La producción total de Lima, tendría una reducción de 2.22%.
Existen aproximadamente 69 kilómetros (c) de amunas por recuperar sólo en la subcuenca de Santa Eulalia. Esto significaría un beneficio hídrico potencial de 15 millones de m³ (b) de agua al año, beneficiando a los habitantes de la parte alta, media y baja de la cuenca del río Rímac.
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