En un mundo donde el agua dulce representa apenas el 2.5% del total disponible en el planeta —y de ese, más del 70% está atrapado en glaciares y nieves perpetuas— la disponibilidad de agua de calidad se ha convertido en uno de los desafíos más urgentes del siglo XXI. Las empresas, como actores clave del desarrollo económico, enfrentan hoy la responsabilidad —y la oportunidad— de liderar transformaciones profundas hacia una gestión sostenible del recurso hídrico.
La presión sobre el recurso y las consecuencias de la inacción
Las proyecciones del World Resources Institute indican que, para 2030, la demanda global de agua superará en 40% a la oferta disponible si no se modifican los patrones actuales de consumo y manejo. Las empresas que no adopten prácticas ecoeficientes y sostenibles estarán expuestas a riesgos como:
Estos riesgos se traducen en vulnerabilidades para los modelos de negocio, particularmente en sectores como alimentos y bebidas, minería, energía y agricultura.
Inversión privada en iniciativas de valor compartido
Frente a estos retos, una tendencia cada vez más consolidada es la inversión del sector privado en iniciativas de valor compartido en agua. Estas propuestas permiten generar simultáneamente beneficios sociales, ambientales y económicos, como lo demuestran proyectos implementados por empresas como Coca-Cola, AB InBev o Nestlé en colaboración con fondos de agua, ONGs y gobiernos locales.
Por ejemplo, los proyectos de infraestructura verde en zonas altoandinas para la restauración de bofedales y qochas (sistemas ancestrales de almacenamiento de agua) han permitido no solo aumentar la recarga hídrica, sino también generar empleo rural, reducir la sedimentación de ríos y mejorar la disponibilidad de agua para consumo humano e irrigación. Todo esto contribuye a mejorar la licencia social para operar y afianzar una gobernanza participativa del agua.
El marco de los estándares: AWS e ISO 14046
Las empresas que lideran en sostenibilidad hídrica están adoptando estándares reconocidos globalmente, como:
Estos marcos permiten a las organizaciones establecer metas basadas en la ciencia, conectar su desempeño hídrico con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y cumplir con demandas de inversionistas responsables que exigen transparencia en los impactos ambientales.
Cuantificación del impacto: Volumetric Water Benefit Accounting
La transición de narrativas voluntaristas a prácticas medibles ha llevado a la adopción de metodologías como el Volumetric Water Benefit Accounting (VWBA). Esta herramienta permite cuantificar el volumen de agua que una intervención devuelve o conserva para el sistema, en comparación con un escenario base. Los beneficios pueden incluir:
Al traducir los beneficios a volúmenes comparables y auditable, el VWBA permite tomar decisiones estratégicas sobre en qué cuenca invertir, con qué socios y con qué retorno de impacto.
El futuro del liderazgo hídrico corporativo
El liderazgo corporativo en gestión del agua ya no se mide solo por el uso eficiente en planta, sino por la capacidad de contribuir al equilibrio hídrico de las cuencas donde se opera. Esto requiere:
En un escenario de creciente escasez y competencia por el agua, la acción corporativa con enfoque ecosistémico y social es no solo necesaria, sino estratégica. Invertir en soluciones sostenibles, certificarse con estándares internacionales y medir el impacto con rigurosidad son pasos clave hacia un modelo empresarial resiliente, ético y regenerativo.