En un contexto de creciente escasez hídrica, la gestión del agua se ha convertido en un tema central para el sector privado. El Global Risks Report del Foro Económico Mundial 2025 ubica la crisis del agua entre los cinco mayores riesgos globales en términos de impacto, de forma consistente desde el 2012.
Diseños adaptados por Aquafondo, a partir de los Gráficos 2, 3 y 4 del estudio Galarza, E. y Ruiz, J (2020) “Análisis de esquemas voluntarios de incentivos que promueven la gestión corporativa del agua en el marco de la Alianza del Pacífico, con énfasis en Perú y Chile“, elaborado para la Confederación Suiza, representada por el Departamento Federal de Asuntos Exteriores (DFAE), actuando por medio de la Embajada de Suiza – COSUDE.
Así, en el Perú, la minería enfrenta riesgos físicos, escasez y conflictos por el uso del agua; riesgos regulatorios, por normas de vertimiento y calidad; y riesgos reputacionales, por la percepción social del impacto ambiental. Por su parte, la agroindustria es uno de los sectores más expuestos a los riesgos hídricos, tanto por su uso intensivo del recurso como por el potencial impacto en la calidad del agua. El riego ineficiente, el escurrimiento de agroquímicos y el vertimiento de residuos no tratados afectan directamente a los ecosistemas y a otros usuarios de la cuenca.
Sin embargo, cada empresa tiene una exposición específica a los diversos riesgos dependiendo del sector económico en que se desenvuelve y de la localización geográfica en que se encuentra. Así, la empresa podrá estar más expuesta si su producción requiere de grandes volúmenes de agua, o si depende de la calidad de agua, o si sus descargas de aguas residuales son significativas. Ejemplos de estos casos son la industria de bebidas, la agricultura y la industria química. Estos riesgos también pueden variar dependiendo la ubicación en la cadena de valor. Una empresa minera, por ejemplo, enfrenta riesgos por el uso directo de agua y por las aguas residuales que genera.
En cambio, las empresas manufactureras tienden a estar expuestos por su cadena de suministro. De otro lado, la exposición geográfica juega también un papel importante. La provisión de oferta de agua superficial y subterránea en una cuenca determinada dependerá de la salud del ecosistema productor de agua, pero también dependerá de la existencia de infraestructura hidráulica complementaria.
El sector privado no solo es parte del problema, sino también parte de la solución. La gestión corporativa del agua representa una oportunidad para alinear rentabilidad con sostenibilidad.
Las opiniones expresadas en los artículos firmados por autores externos son responsabilidad exclusiva de los mismos y no reflejan necesariamente los puntos de vista de Aquafondo.