Por: Mariella Sánchez Guerra, directora ejecutiva de AQUAFONDO
El agua es el centro del desarrollo de nuestras ciudades, de nuestras vidas. Contar con una economía próspera, habitantes con mejor salud, un ecosistema saludable, bien-estar y productividad de las poblaciones, está directamente vinculado con la disponibilidad de más y mejor agua.
Si necesitamos tener más y mejor agua, necesitamos saber y comprender que el agua es un recurso limitado e insustituible, nada puede reemplazarlo, esta condición, sumada a ser un recurso indispensable para el bien-estar humano debería (pre)ocuparnos y llamarnos a la acción.
El agua sólo funciona como recurso renovable si su gestión es buena. En la actualidad, más de 1.700 millones de personas viven en ciudades cuyas cuencas no tienen recarga natural suficiente para atender la demanda, una tendencia que indica que dos tercios de la población mundial podría vivir en países con escasez de agua para el 2030; Lima es una de estas ciudades, con alto crecimiento demográfico, desorden territorial y consecuencias de cambio climático.
Por tanto, nuestro bien-estar, supone un desafío, el agua que necesitamos acarrea un serio reto para el desarrollo sostenible; sin embargo, gestionada de manera equitativa y eficiente puede jugar un papel facilitador clave en el fortalecimiento de la resiliencia de nuestros sistemas sociales, económicos y ambientales.
Hoy, en periodo de intensas lluvias pareciera que el agua sobra; no obstante, la disponibilidad del agua es puesta a prueba en períodos de sequía, nuestros ríos se secan, tenemos temporadas en que no alcanzamos un caudal ecológico y volvemos a la imperiosa necesidad de gestionar eficientemente el agua, y además, de forma integral.
La gestión integral del agua no pone en discusión qué infraestructura debemos construir, desde el Fondo de Agua de Lima y Callao – Aquafondo, desarrollamos infraestructura verde y Soluciones Basadas en la Naturaleza, y sabemos que no es todo lo que se necesita, también la infraestructura gris donde corresponda. Lo importante es que se gestione agua suficiente para satisfacer las demandas de los diferentes usuarios, y de calidad, tanto para uso humano como a nivel de ecosistema, garantizar un uso sostenible y evitar que la falta de agua sea una amenaza para el desarrollo.
Una correcta planificación y control público del abastecimiento de agua, ordenación del territorio y la participación activa de todos los usuarios, con el objetivo final de preservar nuestras fuentes de agua dulce y recuperar la calidad del agua y los valores ambientales, son factores cruciales para contribuir con nuestro bien-estar.
¡Tomemos acción conjunta! #SumateTúTambien #ODS6