En la microcuenca de Carhuayumac, se erige un modelo ejemplar de ecohidrología, que no solo demuestra eficacia en la adaptación al cambio climático, sino que también encarna un enfoque inclusivo y sostenible. Este sitio demostrativo, enfocado en la rehabilitación de amunas, la recuperación de bofedales y qochas, representa una alianza sólida entre AQUAFONDO, sus colaboradores, y la comunidad de San Pedro de Casta. Esta colaboración refleja una sintonía profunda con las metas del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático del Perú, cuyo diseño busca mitigar los riesgos asociados al cambio climático en todas las escalas administrativas.
Específicamente, las Amunas de Carhuayumac contribuyen al Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, enfocado en la gestión sostenible del agua. Gracias a la capacidad de captación, infiltración y almacenamiento implementadas en la microcuenca, se ha mejorado la disponibilidad de agua, crucial tanto para la biodiversidad local como para el sustento agrícola y el abastecimiento hídrico de Lima. La restauración de más de 30 kilómetros de amunas ha revitalizado aproximadamente 1 000 hectáreas, facilitando la infiltración de cerca de 6.8 millones de metros cúbicos de agua. Este éxito subraya la importancia vital de una gestión prudente de las cabeceras de cuenca.
Además, la importante integración de prácticas ancestrales con técnicas modernas de ingeniería destaca la fusión de la sabiduría local con métodos contemporáneos hacia un futuro sostenible. La comunidad de San Pedro de Casta juega un papel crucial, no solo en la ejecución de estos proyectos, sino también en la transmisión de conocimientos entre generaciones, reforzando la resiliencia comunitaria frente a las fluctuaciones climáticas.
Adicionalmente, el reconocimiento de sitio demostrativo por la UNESCO contribuye a priorizar espacios clave para el abastecimiento de agua. Esta necesidad de priorizar fuentes de agua ya cuenta con un Marco Metodológico de Criterios Técnicos para la Identificación, Delimitación y Zonificación de Cabeceras de Cuenca elaborado para proteger y gestionar eficazmente estas áreas críticas. La experiencia y el conocimiento acumulado en Carhuayumac deberían servir de guía para replicar estas prácticas de gestión integrada del agua, con beneficios extensivos para la biodiversidad y la seguridad hídrica a nivel regional. Asimismo, los métodos transversales adoptados en este sitio aseguran que las estrategias de adaptación sean inclusivas y equitativas, facilitando una adaptación al cambio climático que promueva tanto la equidad social como la económica. Estos esfuerzos garantizan que los beneficios lleguen a todos los sectores de la comunidad, con especial atención a los más vulnerables.
Finalmente, la protección y la inversión en las cabeceras de cuenca, como la del río Rímac, son cruciales. Se trata de conservar el medio ambiente y los servicios ecosistémicos, para así, asegurar el futuro hídrico y sustentar la economía del país. Estos ecosistemas, que son vitales para la sostenibilidad del agua y la vida, merecen una gestión y conservación ejemplares que sirvan de modelo a seguir, impactando positivamente en las generaciones futuras y en el bienestar del planeta.